20.5.13

El diario "El País" del jueves pasado incluía en su versión digital un interesante texto de Félix de Azúa sobre la nueva exposición de El Prado en el que el autor escribía este párrafo a propósito del tamaño en el producto artístico desde el siglo XIX: "Esta es una primera constatación que nos ilumina sobre el asunto de la presente exposición: el tamaño. No importa si es grande o pequeño, el mundo del sujeto libre, de la imaginación creadora, carece de dimensiones constatables. O, como diría su tamaño es el de un cráneo humanno [...] En la interioridad del sujeto los tamaños los determina el temor y la fascinación, el pánico y el éxtasis, nunca la geometría".

Con un sistema de relaciones que aún no he logrado descifrar ni yo mismo, me he acordado de dos fotos que recientemente he visto sobre la obra de Santiago Ydáñez (Puente Génave, 1959) donde da la razón a Azúa sobre el pérdida de importancia que supone el tamaño cuando consumimos arte. La fotografía ha cambiado la experiencia en el visionado de imágenes estandarizando tamaños, aunque debemos agradecerle poder tener la imagen de una persona pisando un cuadro, o en otras palabras, podemos estar contentos de que haya cambiado la otra normativización que suponía el grabado o la acuarela a la hora de recoger el aspecto de las obras cuando los/as que se encontraban delante de ellas debían de tirar de dibujo para realizar un reportaje decoroso al resto.


Fotografía extraída de http://www.yayyan.com/cgi-bin/autores.asp?id=36&tipo=Galer%EDa#


Sin título, 2004. Fotografía extraída de la página web del autor http://www.santiagoydanez.com/


19.5.13

Para el pasado 10 de mayo estaba previsto un encierro en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid (MNCARS) promovido desde Acampada Sol. Rápidamente hubo apoyo también del Sindicato de Artes Gráficas y Comunicación de la CNT-AIT de Madrid, imagino por lo que significa una movilización de este tipo en un sector en el que la resignación de no saber si "te darán la oportunidad" de empezar trabajando gratis está contribuyendo a reventar la calidad del empleo. El MNCARS es quizás la expresión más elitista en la selección de los artistas que pasarán a la historia del arte, en este caso español, conformando la imagen del arte contemporáneo en este Estado en los períodos más recientes de la historia a los que el Museo Nacional del Prado no puede llegar. Es la supuesta apuesta de la democracia por la modernización de la cultura -en pugna con el magnificado mercado privado- para recoger algunos ejemplos significativos interesantes para el gobierno y su imagen. Como explica Isaac Ait Moreno al comienzo de su artículo sobre el origen del museo: "Nuestro objeto de estudio es un organismo que, como toda institución pública, tiende a borrar sus orígenes humanos e ideológicos para presentarse como un mero instrumento del Estado benefactor, la respuesta técnica a una necesidad objetiva"[1]. También es el momento de que demos una respuesta técnica a nuestras necesidades objetivas: acabar con la precarización laboral en el sector y sacar la cultura de manos interesadas.











[1] AIT MORENO, I., “Arte y Estado en la España contemporánea: los orígenes del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (1979-1988), Anales de Historia del Arte de la Universidad Complutense de Madrid, Volumen Extraordinario, (2010), p. 10.

 

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